HOTELLING-DOWNS-MONTESQUIEU Y OTROS
El ATEÍSMO POLÍTICO de una
sociedad phutura
"Las partes formulan políticas con el fin de ganar las elecciones, en
lugar de ganar las elecciones para formular políticas”
(Downs, 1957)
Música recomendada para este artículo:
Donna Summer
'LOVE TO LOVE YOU BABY'
Love to Love You Baby - Side 1
Editado en vinilo por Oasis Records. 1975
Multitud de hombres sirven al Estado, no principalmente como hombres, sino como máquinas, con sus cuerpos. Son el ejército y la milicia, carceleros, policías, guardias, posse comitatus, etc. En la mayoría de los casos no poseen libertad de juicio ni sentido moral sino que esos hombres se sitúan al mismo nivel que la madera, la tierra y las piedras, y es posible que también se puedan fabricar hombres de madera que sirvan igual de bien a ese propósito. No requieren mayor respeto que los hombres de paja o los montones de tierra. Tienen el mismo valor que los caballos y los perros. Pero incluso a hombres así se les considera buenos ciudadanos. Otros - como pasa con la mayoría de los legisladores, políticos, abogados, ministros y funcionarios - sirven al Estado principalmente con la cabeza y, puesto que rara vez realizan distinciones morales, es tan probable que sirvan al Diablo, sin pretenderlo, como a Dios. Muy pocos, como los héroes, los patriotas, los mártires, los reformistas en el amplio sentido del término y los hombres, también sirven al Estado con su conciencia y, por tanto, necesariamente se resisten casi siempre; y por eso habitualmente se los trata como a enemigos.
HENRY DAVID THOREAU
Desobediencia Civil
Aquel día volvíamos en coche después de unas cortas vacaciones cuando surgió el debate. No es que fuera la primera vez que lo habíamos tratado, claro. Fue la calidad de las aportaciones de mi contertulio lo que lo hizo diferente y merecedor de plasmarlo en un artículo. Creo que al final no conseguí convertirle en ateo político, porque ya lo era, pero si que apostatara contra el actual sistema político, una vez encajé sus argumentos en mis propios esquemas. Y digo yo, ¿es que hay alguien que esté de acuerdo con el presente sistema aparte de los que se aprovechan de él?
Para intentar dar una respuesta, lo primero que debemos entender son las reglas básicas del juego de las democracias representativas - que es el contexto que permite hacerse ese tipo de preguntas - según las conocemos en los Estados donde han alcanzado mayor madurez, partimos así de una situación ideal y conocida.
En 1929, Harold Hotelling, estudiando las motivaciones de los líderes políticos, concibió el llamado "Teorema del Votante Mediano" (1) , refinado por Downs en 1957, que se basa en los siguientes supuestos:
Sobre los Partidos Políticos:
-
Hay dos partidos o dos candidatos
-
Éstos quieren maximizar el número de votos que obtienen para ganar las elecciones
Sobre los Votantes:
-
Maximizan sus deseos
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Cada votante tiene una posición preferida a lo largo de todo el espectro de ideologías, desde la extrema izquierda a la extrema derecha, y cuanto más alejado está un candidato de su posición ideal menos le gusta al votante.
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Los individuos votan según ideología y no por propuestas concretas, así la votación se reduce a una sola variable.
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Todos los individuos votan
Resultado:
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El partido que propone la ideología del votante mediano gana las elecciones. De hecho ambos partidos propondrán programas centristas.
Segunda regla del juego, el concepto de "Año de Elecciones". Es una teoría demostrada, que el resultado final de unos comicios va a depender en un 90% del comportamiento de los políticos, gobierno y oposición, en el año previo a la celebración de las elecciones.
La última regla básica es la más ampliamente conocida, pero no por ello más sencilla de demostrar. Se trata de lo que en términos anglosajones se entiende como "Lobby", es decir, grupos de poder interesados en que se acepten determinadas políticas independientemente del partido que gobierne en ese momento.
Todos estos conceptos se encuentran en toda la literatura sobre la elección pública desde los años 1920's, pero lo verdaderamente grave es que son de plena vigencia en la actualidad. Esto podría querer decir que se han perpetuado como un mal intrínseco, e incluso necesario, al propio sistema democrático; como un precio que pagar por tener el mejor método político que ha concebido la Humanidad, algo a lo que hay que resignarse, algo contra lo cual es mejor no luchar... claro, es más sencillo esperar a que la lotería nos solucione los problemas, en vez de los políticos a los que hemos votado y pagamos.
Paradójicamente, el hilo conductor, la idea que subyace en el proceso no necesita explicación, me refiero, naturalmente, al interés general. Si alguien se preguntaba por qué hay tanta diferencia entre los objetivos de los políticos y los del pueblo, ya conoce la respuesta, aquél que desee ocupar un puesto relevante en la política debe vender su alma al diablo de los grandes poderes económicos, y el Diablo siempre cobra sus deudas. Una vez más - y como ya sucediera con el concepto de Capitalismo (2) - nos encontramos con la perversión de una idea original en beneficio de unos pocos: proclamar el interés general se ha convertido en una excusa para obtener un provecho particular.
Llegados a este punto, en el cual se han mostrado las cartas y nos reconocemos como los estafados de la partida, todo jugador honesto se debería preguntar cómo hacer para recuperar lo perdido cumpliendo las reglas establecidas.
Los japoneses han encontrado su propia fórmula, ellos asumen un cierto nivel de corrupción de sus gobernantes - resignación que, en mi opinión, se resume en la frase de Montesquieu "Todo aquel que tiene poder, tiende a abusar de él" (3) - siempre y cuando les avalen unos resultados económicos favorables a la mayoría. Está claro que los nipones han dado el primer paso hacia el ateísmo político. La valoración más objetiva de la labor de nuestros gobernantes no es otra que la evaluación de los resultados económicos a lo largo de toda la legislatura, no sólo en campaña electoral.
Pero, ¿no sería más efectivo un cambio radical?, esto es, alguien que se enfrente directamente a los poderes políticos, y a los empresariales que a su vez les controlan, e instaure un sistema donde sólo prime el interés general, arriesgando su vida en el empeño si fuera menester... no parece que éste sea el camino; ya sabemos en que regímenes desembocan este tipo de idealismos libertadores.
La esperanza real, parece que debería venir a través de un cambio progresivo, que tenga que ver con una reforma del sistema judicial y la manera en que se aprueban las leyes. Debemos ser conscientes de que el verdadero poder reside en el pueblo y, por tanto, exigir un control constante de las decisiones y acciones de nuestra clase política. Esto se va a conseguir, por un lado, con una auténtica independencia del poder judicial, que impida que los políticos aprueben leyes que les beneficien directamente; por otro, y en consecuencia, con una ley de financiación de partidos, que obligue a dar cuentas del origen y destino detallado de sus presupuestos al mismo nivel de transparencia que se exige a los contribuyentes en sus declaraciones de impuestos. El resultado final de este proceso redundará en devolver al pueblo un gobierno arrebatado por la tiranía en la sombra de los lobbies.
NOTAS
(1) Fuentes consultadas:
-
"Elección colectiva y comportamiento del sector público" Capítulo 4 del libro "Teoría de la Hacienda Pública" por Albi/Contreras/González-Páramo/Zubiri - Ed. Ariel 1992
-
"Elección pública y proceso político" Tema 2: http://www.eco.uc3m.es/
(2) Leer el artículo "La trampa del Capitalismo" en este mismo blog
La formulación moderna del Principio de Separación de Poderes se debe a Montesquieu, quien la expone con toda precisión en su conocida obra “El espíritu de la leyes” publicada en 1748. En pleno absolutismo monárquico francés, Montesquieu presenta un instrumento a través del cual, el Estado se autolimita en el ejercicio de su poder, con el consiguiente logro de la máxima libertad para los individuos, objetivos primordiales de la Teoría Liberal de la política. Para saber más: http://maquiavelo.blog.com.es/
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